8 de Mayo, 2020

Barcos vikingos: el sistema constructivo que revolucionó medio mundo

Las naves vikingas contaban con una técnica constructiva que permitía la navegación por zonas de poco calado como ríos, pero también por las bravas aguas del mar. Los distintos tipos de barcos, desde los famosos drakkar para asaltos hasta el buque de carga knarr, se construían con madera de roble por su resistencia, aunque no siempre podían conseguirla, por lo que también fabricaban elementos de estas naves con fresno, pino y otras más comunes.

La civilización vikinga, cuya era más importante comprende el período de 700 a 1100 d.C., cuando comenzaron su expansión por Europa, consiguió desembarcar en costas de medio mundo. Partiendo desde los países nórdicos de donde procedían (Dinamarca, Suecia, Noruega y Finlandia), llevaron sus barcos para el comercio, exploración y asalto hacia países como Francia o Reino Unido, y es más, consiguieron incluso navegar por el Mar Mediterráneo. Los comerciantes vikingos recorrieron toda Europa y navegaron ríos de Rusia y Alemania, donde comerciaron con países árabes y países del este. Para buscar tierras donde asentarse viajaron mucho más lejos: Islandia, Groenlandia, Canadá o el norte de América fueron algunos de sus destinos.

Una de las claves de esta expansión vikinga por todo el mundo fueron sus barcos. De una durabilidad y ligereza que no había sido vista en la época, sus naves se caracterizan porque flotaban en las aguas poco profundas de los ríos y estuarios al mismo tiempo que podían cruzar el mar.

Los vikingos navegaron por mares y ríos gracias a sus infalibles barcos de madera / Vix

La técnica constructiva de los barcos

En general, las naves vikingas contaban con una quilla (pieza de la parte inferior de una embarcación donde se apoya toda su armazón) plana, lo que les permitía la navegación por zonas de poco calado. El casco estaba construido con tablones de madera trincado. Tenían un mástil desmontable y una vela cuadrada, además de espacio para los remos. Empleaban un timón lateral en estribor y utilizaban una gran piedra con un agujero en el centro (donde se anudaba una cuerda) como ancla.

La técnica de construcción empleada para las naves es llamada construcción en tingladillo, lo que supone que la tablazón de la nave se construye a base de hiladas. El casco de las naves se levantaba sobre una sólida quilla realizada con un tronco bien derecho que, junto con la roda (prolongación de la quilla en la parte delantera) y codaste (elemento estructural que termina el bote por popa), componían la espina dorsal del casco. A esta estructura se iban adaptando las tablas y fijándose con clavos de hierro, una especie de forrado del casco que le da agilidad y resistencia al barco. Además, aumentaban la resistencia reforzando la embarcación con vigas transversales a la altura de la línea de flotación. Finalmente, robustos maderos apuntalaban el mástil.

Casi todos los barcos eran construidos sin utilizar cuadernas, superponiendo planchas de madera, por ello era necesario tapar las juntas de unión entre las planchas. Por ello las juntas se impermeabilizaban con musgo o lana impregnada en brea. Un descubrimiento reciente por parte de Andreas Hennius, investigador de la Universidad de Upsala, apunta a que utilizaban alquitrán para impermeabilizar los barcos. Según el experto, hay evidencias de que los vikingos desarrollaron una industria a gran escala para fabricar el alquitrán.

La madera preferida para la construcción de los barcos era la de roble/ Vikingos.org

Un constructor-jefe responsable de elegir la madera

Los botes pequeños eran construidos por un solo hombre, pero los barcos grandes los realizaba una cuadrilla de obreros bajo el mando de un constructor-jefe, quien era el responsable de elegir la madera adecuada. Los obreros derribaban árboles, daban forma a los troncos, fabricaban los clavos y trasladaban la madera, entre otras actividades. Los obreros más especializados trabajaban en la quilla, la proa y la popa.

El material utilizado para los barcos fue la madera de roble, valorada como madera dura que resistía las aguas del océano, siempre que se podía. Pero como no era fácil de conseguir, también construyeron con madera de fresno, olmo, pino, abedul, aliso, tilo y otras más comunes para diversas partes del barco. Sin embargo, la quilla continuó realizándose en roble, porque además de ser la columna vertebral de la nave, también era la parte que más rozaba al arrastrarla por tierra.

Los vikingos contaban con diferentes tipos de barcos, diseñados específicamente para operar de la forma más eficiente las tareas para las que estaban concebidos. Para misiones de exploración, necesitaban barcos más pequeños y extremadamente portables; para el comercio, utilizaban naves suficientemente grandes para almacenar la carga; y para asaltos, los barcos debían ser ligeros, rápidos y fáciles para maniobrar.

Naves de guerra

Barco de asalto vikingo / Vikingos.org

Diseñado para llevar a los guerreros a través del mar, el drakar era el más característico barco de asalto. Drakkar significa “dragón” en nórdico antiguo, y se les llamó así porque tienen una figura en forma de cabeza de dragón en proa. Como gran innovación en la época, el drakar podía moverse en sitios con poca agua gracias a la quilla plana. Es un barco largo y estrecho formado por tablas superpuestas en su casco, lo que hacía que fuera flexible. Estaban hechos para transportar personas e ir muy rápido (podían alcanzar cerca de 30km/hora). Además, el ser iguales por la proa y por la popa les permitía realizar virajes de alta velocidad.

El más grande recuperado tiene 35 metros de eslora (longitud). Pero el más famoso fue Ormen Lange, la Gran Serpiente, el drakkar más famoso del rey vikingo Olaf Tryggvason (Olaf I de Noruega).

El Snekke o Snekkar es otro ejemplo, en este caso el mayor de los barcos de guerra construidos. Aunque de gran tamaño (30 metros de eslora) era muy poco pesado y de pequeño calado. Podía transportar hasta 90 guerreros (con toda su equipación) y era impulsado indistintamente por vela y por 40 remos.

“Sus barcos de guerra eran ligeros y estaban diseñados para poder navegar hasta en un metro de profundidad, por lo que podían incursionar ríos, marismas o acercarse hasta la misma playa. Había carpinteros de ribera, bajo el mando de un experto que elegía personalmente los árboles que había que talar. Nunca se usaba la sierra”, explica el experto Manuel Velasco, autor de más de diez libros de temática vikinga.

Otras embarcaciones vikingas

Barco Oseberg en la actualidad en el Museo de barcos vikingos de Oslo / FiordosNoruegos

Además de las naves dispuestas para el asalto, también contaban con barcos más pequeños para la pesca, comerciales y de transporte de pasajeros.

El buque de carga común tiene por nombre Knarr o Knorr. Construidos para el transporte de mercancías y largas distancias, contaba con una estructura más amplia y alta que los de asalto. Debido a que eran utilizados para grandes travesías, las naves estaban preparadas para poder dormir a bordo con tiendas de campaña en cubierta. Podían transportar hasta 24 toneladas de peso.

La nave Karve, con una manga de cinco metros, una eslora de unos 17 metros y capacidad para 16 remeros, se utilizaba para el transporte de pasajeros, animales y mercancías. De esta tipología es el barco de Tune, encontrado en un montículo funerario en 1867, ya que los vikingos solían enterrar a sus muertos en barcos, confirmando una vez más la importancia de estas construcciones en la cultura vikinga. Actualmente se encuentra en el Museo de barcos vikingos en Bygdøy, Oslo, uno de los museos que contiene los barcos de esta civilización mejor conservados.

Dentro de esta tipología de embarcaciones de viaje, también se localiza en el Museo el barco Oseberg, encontrado en forma de hallazgo funerario. De madera de roble, un análisis de los anillos del material confirmó a los científicos que la nave fue construida alrededor de los años 815-820. Con 22 metros de eslora y cinco de manga, podía contener una tripulación de 33 personas. El mástil, posicionado en medio del barco, se sostiene por dos robustas piezas de roble. La cubierta es de tablas de pino encajadas en vigas transversales.

Por último, las Faering son pequeñas barcas de cuatro remos (en ocasiones podían tener una pequeña vela cuadrada) utilizadas principalmente para la pesca. Estas barcas se usan todavía en la actualidad en alguna zona de Noruega, aunque con pequeñas modificaciones respecto al diseño original.


Escrito por Raquel Lop
Fotografía principal cortesía de The Telegraph
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