Vollebak diseña una polera con capucha hecha de plantas y granadas que se puede compostar en el jardín

vollebak

10 de Septiembre, 2020

La marca de ropa experimental Vollebak ha creado una polera con capucha a partir de eucaliptos teñidos con granada, que se biodegradará en una pila de compost en ocho semanas.

Hecho de pulpa de eucalipto y madera de haya procedente de bosques gestionados de forma sostenible, la prenda de vestir a base de plantas adquiere un tono musgoso al teñirse con cáscara de granada.

Está diseñado para ser completamente biodegradable y compostable.

“La polera con capucha hecha de plantas y granada parece, se siente y dura tanto como una polera normal, pero comienza su vida en la naturaleza y está diseñada para acabar ahí también”, dijo Steve Tidball, cofundador de Vollebak.

“Entonces, cuando esta prenda ha llegado al final de su vida útil, ya sea en tres años o en 30, se puede colocar en el compost o enterrar en el jardín”.

La polera se descompondrá a diferentes velocidades dependiendo de cómo se composte: con ambientes más cálidos y llenos de bacterias, el material se degradará más rápido.

Vollebak calcula que se descompondrá por completo en 12 semanas si se entierra en el suelo, o en ocho semanas en una pila de compost casero, e incluso más rápido en una instalación de compostaje industrial.

Volver la vista atrás en el tiempo

La prenda está hecha con pulpa de eucalipto y madera de haya / Dezeen

Para crear la polera con capucha, Vollebak volvió la vista hacia atrás 50 siglos a los primeros humanos, que vestían ropa biodegradable.

“Si miramos hacia atrás al hombre Otzi, uno de nuestros antepasados que fue encontrado preservado por el hielo durante más de 5000 años, su ropa estaba hecha de plantas, corteza de árbol, pasto y pieles de animales”, dijo Tidball.

“Así que la humanidad ya ha alcanzado el pináculo de la ropa biodegradable. La pregunta es, ¿cuál es la versión moderna de eso?”, añadió.

“Esto nos obliga a plantearnos ese compendio que es lo difícil en el tiempo”, continuó Tidball. “Porque se están tratando de recrear los materiales y el consumo de energía de los antiguos métodos de producción localizados utilizando una cadena de suministro global moderna”.

Materiales con una producción sustentable

Adquiere un tono musgoso al teñirse con cáscara de granada / Dezeen

Según Tidball, fabricar ropa biodegradable no fue un desafío, lo difícil fue crear algo que se compostara fácilmente y que se pudiera fabricar de manera sostenible.

“Hacer algo que se biodegrada no es la parte difícil”, explicó. “En una escala de tiempo lo suficientemente larga, todo en la Tierra se biodegradará”.

“Lo que es difícil es hacer algo que se biodegrada muy rápidamente, que no deja rastro de su existencia y que utiliza la menor cantidad de energía posible para su creación”, continuó.

Vollebak hizo la polera con capucha a partir de eucalipto y haya mediante un proceso de producción de circuito cerrado, donde más del 99 % del agua y del disolvente utilizados para convertir la pulpa en fibra se reciclaron y reutilizaron.

“En el sistema de puntuación Higg MSI, que mide el impacto de producir un kilogramo de fibra, teniendo en cuenta el agotamiento de los recursos fósiles, la escasez de agua, la eutrofización y el calentamiento global, este tejido puntúa diez contra el puntaje del algodón que es de 60”, explicó Tidball.

Se tiñó con la piel de una granada, que normalmente se tira a la basura, y se cosió con hilo de algodón reciclado.

Un emprendimiento que busca ropa biodegradable

Se descompondrá a diferentes velocidades dependiendo de cómo se composte / Dezeen

La polera sigue el camino de la camiseta de pulpa de madera y algas de Vollebak, que también se descompone en el suelo en tres meses.

“Si la ropa biodegradable se logró hace más de 5000 años, entonces durante los últimos siglos hemos ido en la dirección equivocada”, dijo Tidball.

“Necesitamos volver al punto en el que podrías tirar tu ropa en un bosque y la naturaleza se encargaría del resto”. Y continuó: “O tenemos que progresar hasta un punto en el que toda la ropa dure tanto tiempo como las personas. Así que atacaremos ambos ángulos al mismo tiempo. Una vez que se haya alcanzado el equilibrio de nuevo, se puede comenzar a ver qué avances puede hacer la ciencia de los materiales”.


Escrito originalmente por Tom Ravenscroft para Dezeen
Fotografía principal cortesía de Dezeen

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