4 de Octubre, 2016
A pesar de ser un material en abundancia en la zona sur de nuestro país, los estudiantes Felipe Soto, Pablo Quinchagual, Javier Saldivia y Angello Igor ─de la Universidad San Sebastián en Puerto Montt─ nunca habían trabajado con madera. Tampoco habían proyectado un jardín infantil antes, por lo que la idea de abordarlo para el Concurso de Arquitectura de la Semana de la Madera les pareció una oportunidad desafiante.
Este año, la convocatoria estuvo centrada, precisamente, en satisfacer las necesidades de educación temprana en jardines infantiles ─en coordinación con las orientaciones de la Junji─ y contó con más de 50 postulaciones. El proyecto “Casa Jardín” obtuvo el primer lugar y destacó por ser un volumen sencillo pensado en madera y por tener las cualidades de ser seriable, prefabricable y no demandar muchos recursos.
“Para lograrlo tuvimos que estudiar muy bien el material, su comportamiento, los tipos de uniones, los sistemas constructivos y, sobre todo, pensar en cómo lograr su máxima expresión”, cuenta Felipe Soto. Y aunque creen que aún no lo han alcanzado, y que aún falta mucho para transformar la madera en un ícono del sur de Chile, están motivados y apuestan por desarrollar una “buena arquitectura”, una que “pueda cuestionar los problemas sociales, culturales y territoriales”, aclara Soto.
El proyecto se inicia con la exploración de cinco tipologías constructivas. “En primera instancia nos pareció interesante explorar el concepto de encastillado, llevando su máxima expresión a una cubierta y así resolver una luz importante”, explica Soto. Y agrega: “Al prolongar las piezas horizontales en la cubierta, los elementos perdían resistencia, por lo que fue necesario un elemento en vertical que amarrara ambas piezas. En ese momento, surgió un elemento mayor a partir de piezas menores ─la cercha─ que luego se transformó en una cubierta reticulada”.
De esta manera, con un perímetro uniforme y controlado y una cubierta en pendiente, “Casa Jardín” utiliza la metáfora del galpón para generar un espacio educativo flexible, que favorece la exploración y el juego de los niños. Por eso, las salas están ordenadas mediante una grilla ortogonal, de manera que los niños puedan reconocer su propio espacio y motivarse para descubrir el siguiente.
En el eje de acceso se distribuye el programa administrativo del establecimiento, mientras que todo el espacio se organiza en torno a un patio que funciona como centro de distribución de circulaciones. Desde aquí se ilumina naturalmente el centro de la planta pues tiene integrado una lucarna en el eje transversal. El mismo principio se aplica a la ventilación del volumen, que va transversalmente desde el perímetro del patio central hacia los volúmenes internos.
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