2 de Febrero, 2018
Con cine al aire libre y música en vivo se inauguró la segunda etapa del Paseo Bandera, entre Agustinas y Huerfanos. Sin embargo, la principal atracción fue el árbol de madera construido de roble pellin con sello mate, que desde la noche del viernes iluminó parte del centro de Santiago.
El proceso constructivo, que demoró un mes en promedio, consistió en tomar los pilares de roble ensamblados en articulaciones de acero, con espesor de 10mm fabricados en taller. Luego fueron ensamblados in-situ con una grúa y el apoyo de un camión pluma.
Y si bien el árbol destaca por el uso del material noble, su potencial se ve reforzado por su funcionamiento con energía solar. Fue un proceso que significó un desafío para el equipo. Según explicó el arquitecto Juan Carlos López, quien ideó la estructura, el terreno no cuenta con empalme eléctrico, por ese motivo: “Se optó por utilizar un sistema autónomo de energización en base a paneles fotovoltaicos ubicados en la copa de la estructura, los que cargan un sistema de baterías que a su vez entregan energía a focos led que iluminan la obra”, detalló.
La obra muestra su potencia por la noche, cuando activa su sistema dispuesto en el hexágono, figura geométrica que es la base del árbol. Ese mecanismo sustenta el concepto de “paseo sostenible”, reforzado en esta etapa que también incluye la instalación de bicicleteros y jardineras.
El proyecto estuvo a cargo del arquitecto Juan Carlos López y el muralista Dásic Fernández, quienes forman parte del “Estudio Victoria”, firma que coordinó tanto el diseño como la construcción del paseo peatonal, iniciativa de la Ilustre Municipalidad de Santiago, que contó con el apoyo de la compañía danesa Calsberg, en esta segunda etapa.
La innovación actuó como un imán para distintos participantes quienes vieron una oportunidad para crecer y adquirir nuevo conocimiento. Más de 150 personas de distintas constructoras y pymes fueron parte de la ejecución del proyecto espacio Paseo Banderas. En el caso del árbol sustentable distintos emprendimientos de energías renovables se sumaron al proceso de construcción.
Según explicó Fernández, la mezcla de arte y arquitectura se trató de una instancia para darle la posibilidad al arte de que sea funcional. En cuanto al diseño agregó que el mural “nace desde una pintura del piso, es una trama geométrica de donde se levantan las volumetrías que son los muebles que están al servicio de las personas”.
En Paseo Bandera sustentable se conjugaron tres elementos para generar ese ambiente estético y comunitario; el arte, la arquitectura y el diseño, que dieron vida a más de 3.000 metros cuadrados de extensión. Por eso se usó como referencia los parques, se buscó generar una especie de parque urbano y desde ahí la necesidad de este árbol, un referente natural, que se ubicó en la intersección de los dos paseos peatonales.
El objetivo principal de este espacio en Santiago fue entregar un nuevo sitio de desplazamiento, dispuesto para los vecinos, locatarios o usuarios de la comuna. Una forma de entregar una ciudad más amigable, promover la necesidad de hacer una pausa en un espacio seguro, además de fomentar la cultura y el apoyo al medio ambiente.
La obra en su totalidad es considerada como una de las intervenciones más innovadoras del último tiempo en Chile. Por sus características miles de personas han llegado a conocer y fotografiar las instalaciones desde su inauguración el pasado 20 de diciembre, la que se mantendrá, con árbol incluido, hasta agosto de este año.
Durante tres días se desarrollaron actividades gratuitas, una de las principales fue la función de cine al aire libre, cuya proyección se realizó gracias a la energía producida por bicicletas estáticas. En el mismo espacio también se instalaron cabinas de fotografías, reposeras, y una exposición fotográfica que retrató la evolución de la intervención ejecutada en la calle Bandera.
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