27 de Junio, 2018
Recientemente, Investigadores de la Universidad de Tecnología y Diseño de Singapur (SUTD), desarrollaron una técnica para imprimir objetos utilizando celulosa, uno de los principales polímeros presentes en la madera. Estos expertos afirman que revolucionará la fabricación al proporcionar una alternativa económica, renovable y biodegradable al plástico, creando las condiciones para una economía circular.
“Creemos que los resultados representan un punto de inflexión para la fabricación global con un impacto más amplio en múltiples áreas que van desde ciencias de los materiales, ingeniería ambiental, automatización y economía”, afirma el profesor adjunto Stylianos Dritsas, líder del equipo y agrega: “ahora estamos en la etapa de buscar colaboradores industriales para llevar esta tecnología del laboratorio al mundo”.
La celulosa ofrece una alternativa económica y biodegradable al plástico para la impresión de objetos, y el material producido puede procesarse adicionalmente de la misma manera que la madera, con taladrados, lijas y sierras.
SUDT ha logrado con éxito usar este material para hacer una silla y una serie de esferas de celulosa. En otros experimentos, el equipo fabricó una pala de turbina de 1,2 m de longitud.27
El objetivo de la impresión con celulosa lo persiguen varias universidades; por ejemplo, el Instituto Tecnológico de Massachusetts propuso en 2017 el uso del acetato de celulosa como material de impresión.
Sin embargo, SUDT afirma, en un documento publicado en la revista científica Nature, que ha encontrado una solución superior de bajo costo y baja contaminación que no requiere ninguna relación con el plástico.
De esta forma, su método implicó la introducción de pequeñas cantidades de quitina entre las fibras de celulosa. La quitina es una especie de almidón que forma el componente principal de los exoesqueletos de insectos y las paredes celulares de los hongos. El equipo descubrió que crea una sustancia fuerte, liviana y económica, que llama un “material adhesivo similar a un hongo” o FLAM.
El equipo comenta en su artículo: “Este material es completamente sostenible desde el punto de vista ecológico ya que no se utilizan disolventes orgánicos ni plásticos sintéticos para fabricarlo. Es escalable y se puede reproducir en cualquier lugar sin instalaciones especializadas. FLAM también es completamente biodegradable en condiciones naturales y fuera de instalaciones de compostaje”.
Javier Gómez Fernández, uno de los líderes del equipo, comenta: “Creemos que este primer proceso de fabricación aditiva a gran escala con los polímeros biológicos más presentes en la tierra será el catalizador para la transición a modelos de fabricación ambientalmente benignos y circulares, donde se producen se usan y se degradan los materiales en sistemas regionales cerrados”.
Según los investigadores, el costo de FLAM está en el rango de los plásticos básicos y es 10 veces menor que el costo de los filamentos comunes para la impresión 3D, como el ácido poliláctico.