22 de Abril, 2020

Woodnic y sus tablas de madera: el emprendimiento exporta internacionalmente con un sello de colaboración e innovación

El propósito de encontrar un producto maderero con valor agregado, junto a investigaciones de la Universidad de Concepción para estudiar nuevas formas de protección y usos de la madera, fueron el puntapié inicial para que Patricio Toledo y Katherine Martínez desarrollaran estas tablas de cocina en Villarrica. Actualmente, este emprendimiento cuenta con siete puntos físicos de venta en Chile y ha conquistado el mercado norteamericano.

El matrimonio formado por el ingeniero forestal Patricio Toledo y la arquitecta Katherine Martínez contactaron en 2017 con Frane Zilic, director de PoloMadera, a través del voucher de innovación de Corfo. A raíz de esta conversación, se concretaron dos investigaciones por valor de 15 millones de pesos, que fueron cofinanciadas entre la entidad estatal y la pareja.

Uno de estos estudios analizó “cómo darle resistencia a la deformación mecánica localizada, es decir, las rayas, para hacerla más dura”, explica Toledo. Y aclara que la otra investigación se basó “en cómo lograr que la madera fuese resistente a la humedad”, abordando las formas de protección y tratamiento de madera disponibles en el mercado nacional. En un informe final, concluyeron que el baño y la cocina suelen ser lugares donde la madera no está muy presente, a diferencia de países como Alemania y Canadá que sí la incluyen. Además, lograron dar con una fórmula para que la madera venciera la humedad presente en estas dos habitaciones.

Tras este acierto, fabricaron los primeros prototipos de productos de madera en el patio de su casa en Villarrica, con herramientas muy rudimentarias, y lograron venderlos de inmediato. “Algo nos estaba diciendo que desde punto técnico era posible y del punto de vista del mercado también. Entonces nos lanzamos”, recuerda Toledo.

Las tablas de Woodnic tienen como protagonista a las maderas de raulí y roble / Patricio Toledo

Woodnic logró consolidarse como marca en 2018. Los estudios mencionados permitieron lograr “una tabla que pudiese tener contacto con el agua sin deteriorarse y con los alimentos sin que fuesen tóxicos para el consumo humano”.

Tablas de cocina de madera

Las maderas de raulí y roble son protagonistas en sus propuestas de tablas de cocina. Además, la protección a la madera, cuya fórmula fue hecha a base de cera de abeja “es inocua, repele bacterias y microorganismos, y permite sellar los poros de la madera”. La madera, explica Toledo, “es un tejido, tiene células”, por lo que gracias al estudio se concluyó que no solo había que hacerla resistente, sino que “resiliente, es decir, capaz de autocurarse”. Además, la orientación de las filas de la tabla “no daña el filo del cuchillo”.

El catálogo de tablas de cocina está disponible en el sitio web de la marca. Destaca la colección Alma, diseñada por la destacada arquitecta chilena Cazú Zegers, cuya propuesta contempla una tabla ovalada junto a un cuchillo con mango de madera. Además, sus famosas butcherblocks. De estas últimas, en Amazon, plataforma de comercio electrónico que les ha permitido competir en Estados Unidos y Canadá, están ofreciendo un tamaño estándar pensado “para el neoyorquino que vive en un espacio reducido, que quiere cocinar con estilo, con clase y cuidar sus cuchillos”. También realizan pedidos, como instalación de mesas. Pero Toledo aclara que ese no es su foco: “Jamás vamos a ser mueblistas, nosotros vamos a diseñar productos de madera”.

Además de Amazon y el sitio web, poseen siete puntos físicos de venta, donde destacan las tiendas de Lo Matta, Vitacura, el Parque Arauco en Las Condes, dos tiendas de diseño en el sur de Chile y la del Pabellón Amor en Temuco. En 2019 vendieron un stock de mil tablas.

Proceso de realización de las tablas de madera / Patricio Toledo

Taller y proceso

En cuanto al proceso de fabricación, compran los despuntes en el aserradero, calibran, cortan, pegan, pulen y refinan en su taller ubicado frente al Lago Villarrica, por la costanera. “Pensamos en un taller muy limpio, con herramientas y maquinaría que nos permitiera la aspiración de toda la viruta y polvo que sale del trabajo con la madera. Conocimos una marca alemana que se llama Festool, una de las más precisas en el mundo. Las izadoras y sierras también son de esta marca”, explica Toledo.

En el taller, la pareja lleva trabajando sola dos años. Recientemente han integrado a tres estudiantes en práctica y dos profesores de diseño de la Universidad Católica de Temuco.

“Como Woodnic queremos seguir innovando en diseño y producto. No queremos quedarnos solo en las tablas de cocina”, afirma Toledo.

La pareja comenzó a desarrollar las tablas en su taller / Patricio Toledo

El desafío de emprender

En 2018 los “apadrinó” Incubatec, un programa de creación de empresas de base tecnológica de la Universidad de La Frontera (Temuco), cofinanciado por Corfo a través del Fondo de Desarrollo e Innovación (FDI). “No eran expertos en diseño ni madera, sino que en el ámbito comercial. Nos asesoraron en un plan de marketing y ventas. La primera sugerencia fue poner influencers para la marca”, recuerda Toledo.

Hace unos años, conocieron al chef Carlo von Mühlenbrock en un evento gastronómico que se realizó cerca de Villarrica. Los dueños de Woodnic le regalaron uno de sus productos y el chef dedicó un capítulo de su programa Carlo Cocina a mostrar el proceso de manejo de bosque inteligente en el que participa Eco Soluciones. “Sin duda lo de Carlo fue un acierto desde el punto de vista de marketing. Si hacemos tablas de cocina, necesitamos que chefs ocupen nuestros productos”, señala Toledo.

Desde Incubatec les ayudaron a definir la propuesta de marca. “Sustentable, carbono neutral, de origen local, 100 % durable y natural, además de diseño contemporáneo y fácil uso”. Y a diferenciar el público: “Un cliente, principalmente millennial, que busca diferenciarse a través de la obtención de productos con valor agregado, con un alto gusto por la gastronomía y al mismo tiempo preocupación por el medio ambiente”.

La llegada a Amazon se concretó gracias a la gestión de la Subsecretaría de Economía y empresas de menor tamaño, del Ministerio de Economía, quienes impulsaron un plan piloto, primero con emprendimientos de la región Metropolitana y luego con provenientes de la Araucanía. Woodnic fue parte de estos. Además de Corfo y del ministerio, recibieron ayuda de la empresa Lap Chile, quienes los asesoraron en temas de e-commerce y dispusieron de su bodega en New Jersey donde almacenan productos chilenos para facilitar su venta en Estados Unidos.

Woodnic ha sido incubado por Incubatec, quienes les han aconsejado sobre marketing y ventas / Patricio Toledo

Actualmente, Patricio Toledo cuenta que está trabajando en la creación del storytelling para su marca. Para emprender, precisa que lo más importante es la “perseverancia, pensar bien el producto y tomarle el pulso al mercado. Tener tiempo, paciencia y pasión”. También reconoce que es un terreno complejo: “La economía en Chile está basada en commodities, si no se llenan barcos, si no es una empresa grande, no se toma en cuenta. Hay muchas buenas ideas, pero el tema es cómo se implementan y ahí es donde caen muchas”.

Red de diseñadores

Toledo hace hincapié en la colaboración: “No solo recibir apoyo de las redes, sino que también contribuir de vuelta”. Es por esto que está impulsando una red diseñadores, tipo Fab Labs, con conocimientos en madera en la Región de Araucanía, que conecte a profesores, asignaturas y estudiantes. En esta red están algunas universidades de la región, como la Católica de Temuco, de la Frontera (Ufro), Autónoma e Incubatec.

“A las universidades, a principio de semestre, les estamos regalando despuntes para que practiquen y también los invitamos al bosque para que conozcan el ámbito del manejo sustentable. Buscamos potenciar las carreras de diseño para que se logre agregar más valor a la madera y conectarlos desde el origen al mismo material. Y que también sepan de economía circular: cómo fabricar elementos que duren toda la vida y cómo agregarles valor”, concluye Patricio Toledo.


Escrito por Diego Zúñiga
Fotografía principal cortesía de Patricio Toledo
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