Victoria Hurtado está relacionada al mundo forestal desde la conservación del bosque nativo, a través del proyecto del Parque Natural Tricahue, en la Región del Maule. Enamorada de la naturaleza, también está enfocada en la innovación como forma de desarrollar la creatividad, la industria y las políticas públicas, lo que ha constituido gran parte de su trayectoria profesional.
Su currículum dista mucho de la de un abogado tradicional: lleva diez años como miembro del directorio y vicepresidenta de Innovación de Microsystem S.A, empresa chilena vinculada a Data, Transformación Digital y gestión documental. Es directora de innovacien.org, organización vinculada al uso adecuado de tecnología en el aula. Es integrante del Consejo Chile California y consejera del Subcomité de Financiamiento Temprano de Emprendimiento de CORFO. También es columnista en medios de comunicación, ha sido guionista y se desempeña en otros cargos tanto el sector académico como público.
─¿Cómo ve actualmente la innovación en la industria maderera? ¿Cuáles son los mayores desafíos y aciertos?
─El desafío es mover el límite de la industria, así que estamos dispuestos a sorprendernos. Más allá de eso, son bienvenidos los proyectos que muestran nuevas maneras de cultivar y manejar los bosques en el país, incluyendo elementos que contribuyan a una mayor eficiencia en el cultivo y en su uso, medidas innovadoras para mitigar incendios, etc. Adicionalmente, todo lo que contribuya a posicionar la madera como un protagonista en la construcción, no solo de segundas viviendas sino también urbanas, más allá del uso tradicional en interiores. Por último, toda la cadena en torno a la industria de la madera, incluyendo modelos de negocios, cursos de capacitación, plataformas tecnológicas, innovaciones en su preservación, utilización de residuos de la madera y por supuesto aquello que le agregue valor.
─Los tres primeros lugares elegidos por el jurado en el concurso de Innovación 2019 tenían en común que estaban realizados en base a un desecho (aserrín, hojas de pino). ¿Qué rol cumplen los biomateriales hoy en día?
─Los biomateriales están ocupando un rol cada día más preponderante en esta economía donde los residuos pueden también ser protagonistas. Hoy vemos que la alquimia de residuos con otros materiales no solo es el mejor aliado del reciclaje, sino además genera nuevas propiedades sin perder la liviandad, calidez y nobleza que hacen de la madera un material tan particular.
─¿Cómo evalúa el rol del Ministerio de Ciencia en el desarrollo, promoción e inversión de tecnología, investigación e innovación?
─Tengo mucha admiración por el ministro de Ciencia, Andrés Couve. Es un científico respetado que está entregándose a un rol complejo como es el formar un nuevo ministerio, en un rubro donde el país está hace años al debe, con un presupuesto escueto y obviamente con la prioridad en las soluciones COVID-19. Además se nos olvida el resto del nombre de ese ministerio porque además de Ciencia el ministerio es de Tecnología, de Conocimiento y de Innovación, entonces la tarea es de verdad titánica. Así y todo, el ministro ha logrado poner el foco en la innovación de base científico tecnológica y está promoviendo la investigación asociativa y al interior de las empresas, temas esenciales para echar a andar un ministerio tan complejo.
─¿Y desde el sector privado?
─Bueno, esta crisis ha pegado fuerte y la empresa ya estaba al debe con la I+D. Sin embargo, vamos a vernos obligados a reinventarnos y a hacer las cosas de otra manera, y tengo la esperanza que la I+D va a ser una buena aliada. No veo muchas alternativas: para muchos será innovar o morir.
─¿Cómo ve el escenario del emprendimiento en Chile?
─CORFO es un gran aliado en esto: los concursos son competitivos a nivel nacional y hay mucha gente que postula a ellos. Me toca ver como consejera en el área de emprendimiento temprano muchos proyectos de innovación y se ven cosas interesantes. Además, esta pandemia va a causar mucho cambio en el uso de las tecnologías y en los modelos de negocios, creo que eso va a marcar un antes y un después por lo menos en el acceso a mercado para muchas innovaciones.
─¿Podemos hablar de una “cultura” de la innovación? ¿La ciudadanía se está instruyendo en este tema?
─Creo que la innovación tiene que cultivarse desde temprana edad y ahí el rol de la educación, no solo escolar sino comunitaria, es esencial. Estamos al debe en educar generando pensamiento crítico, creatividad y curiosidad. Tres pilares básicos. Los cuales no se consiguen solo con matemáticas y ciencias sino también con lectura, escritura, arte, humanidades y música. La integración de disciplinas será fundamental, atreverse a aprender otros idiomas, y que la programación sea una herramienta tan natural como lo eran los cursos de manualidades. No es fácil, no lo hace solo la escuela, sino la sociedad en su conjunto.
─Sobre la madera y todo lo que conlleva su industria y procesos productivos, ¿qué rol están cumpliendo las universidades en cuanto a innovación?
─Hay algunas muy comprometidas, con centros de innovación importantes, que trabajan codo a codo con la industria de la madera. Pero por lo general más allá de las incubadoras de negocio que tienen algunas universidades, y más allá de la madera, ha habido una disociación entre el mundo empresarial y el mundo académico y es que los incentivos no están alineados: unos quieren publicar papers en revistas académicas, conseguir acreditación y buena posición en los rankings; y los otros quieren desarrollar una industria. Falta sentarse a conversar y pensar en modelos e incentivos que consigan converger en algo común que permita correr la frontera del conocimiento y además fortalecer a la industria. Ahí es cuando se crea valor público y confianza entre sectores. Y Chile necesita mucho de ello.
Desde 2016, Victoria Hurtado se ha desempeñado como directora del concurso de Innovación. Este, junto a los otros certámenes, será un eje central de las actividades de la Semana de la Madera, evento que en su edición 2020 será completamente digital.
─¿Cuáles son sus expectativas, en calidad y convocatoria, para este año?
─A lo largo de estos años me he dado cuenta que los concursos no son solo para visibilizar los buenos proyectos y premiarlos. El concurso, en este caso de Innovación, sirve además para tomar el pulso de la industria y ver cómo está creciendo, y es una pequeña ventanita al futuro y qué tan saludable se ve. Y esa es información valiosa. Además, se empieza a generar una red de participantes en torno al tema, una masa crítica de personas que están pensando la madera en el país. Eso tiene un valor enorme y hay que gestionarlo. Entonces, no solo interesan los solistas, sino también la orquesta completa con todos los instrumentos posibles. Espero entonces que tengamos una buena participación y que se animen a concursar vamos a tener el desafío de que todo será online: postulación, evaluación y deliberación, lo que lo hará totalmente distinto y permitirá espero ampliar la llegada del concurso.