Con realidad virtual y losas de CLT simulan cómo sería habitar un edificio de 15 pisos en madera

Portada-Cenamad

27 de Septiembre, 2023

El proyecto concientiza sobre las posibilidades del material en estructuras de gran altura, donde los asistentes a la Semana de la Madera podrán explorar su primer piso y aprender sobre su proceso de construcción, además de los aspectos sostenibles involucrados, como la captura de CO2.

Quienes asistan a la próxima edición de la Semana de la Madera tendrán la oportunidad de interactuar con un stand especial, uno que simulará el inicio de la construcción de un edificio de gran altura con este material. Los visitantes serán acompañados por guías que llevarán cascos y chaquetas de obra, quienes los guiarán a lo largo de su recorrido como si fuera una visita real a una faena. Además, se utilizarán tablets para proyectar cómo se vería la edificación una vez terminada, aprovechando las ventajas de la realidad aumentada. 

La iniciativa de dos pisos, liderada por CENAMAD, tiene como objetivo crear conciencia sobre las posibilidades de emplear este elemento en la estructuración de gran altura, así como la creación de espacios amplios y flexibles que aprovechen los avances ingenieriles asociados a este recurso natural. Así lo confirma su gerente, Francisca Lorenzini, quien indica que se quiere motivar al público general y al especializado — inmobiliarias y arquitectos—, sobre sus ventajas en cuanto a calidad y sostenibilidad. 

Esta experiencia proviene de la estrategia que está llevando adelante la entidad de la Universidad Católica para promover algo inédito en Chile: un inmueble de 15 pisos en madera. Algo que han fomentado con distintos seminarios en ediciones pasadas del evento de Madera21, e incluso con una muestra de un pilar de madera laminada, con una losa y un pequeño capitel de CLT. “Pero la idea este año es pasar al siguiente nivel y mostrar cómo se vería una obra ya en construcción. Hemos trabajado en toda la cadena de valor, así como en los desafíos estratégicos e hitos a cumplir para sentar las bases de un proyecto así”, dice Lorenzini. 

La estructura se compondrá de cuatro pilares de madera laminada separados por ocho metros, y por dos losas de CLT. Los interesados estarán habilitados para recorrer su primer piso, mientras conocen más detalles sobre todo el proceso involucrado. Por ejemplo, habrá registros audiovisuales que informarán sobre su montaje y fabricación, al igual que cifras sobre sus posibilidades sostenibles, entre ellas, el CO2 capturado. 

“En CENAMAD desarrollamos seis líneas de investigación. Una de ellas se enfoca en la sustentabilidad y la productividad forestal, otra en bioproductos y las restantes cuatro están relacionadas con la construcción. En 2023, concentramos gran parte de nuestros esfuerzos con los académicos que comparten nuestra visión, con el objetivo común de promover los edificios de madera de mediana y gran altura. Hubo un ejercicio de estrategia colaborativo, de más o menos 6 meses, en donde volvimos a mirar la misión, la visión, los objetivos estratégicos y las metas, definiendo los ejes que tenemos como centro y sus desafíos. Y en base a eso, estamos en la última parte del trabajo, donde tendremos secuenciadas las acciones que permitan alcanzar dichas metas”. 

Estos esfuerzos coincidieron con una visita de la institución a Finlandia y Noruega, donde pudieron recorrer algunas obras en fabricación, en su mayoría, financiadas por capitales privados con entusiasmo sustentable. También conocieron algunas ya listas, como el Mjøstårnet, de 18 pisos y 85,4 metros de altura, el que en su momento fue el más alto de su tipo en el mundo. 

“Era realmente impresionante estar en ellos, especialmente cuando se estaban construyendo y te dabas cuenta que eran obras súper limpias, cero ruido. Beneficios que también nos parece interesante exhibir en este mockup que presentaremos en la Semana de la Madera”, anticipa la gerenta. Lorenzini coincide en que esta ocasión viene a coronar, de cierta forma, un año de trabajo que busca habilitar este tipo de elevaciones en nuestro territorio. “Esperamos que en ocho años más, ojalá antes, pero esa es nuestra meta, un edificio así ya esté construido en Chile”. 

– ¿Están las condiciones como para que eso se pueda dar en el país?

– Parte de nuestro trabajo y la ida a países nórdicos fue para ver qué brecha teníamos para hacerlo. Y las conclusiones son que, técnica y normativamente, sí es posible construir en altura con madera. No hay ninguna restricción que lo impida. Lo que pasa es que todavía hay distancia en cuanto a la percepción de un riesgo mayor. Hablamos de proyectos innovadores, de sistemas constructivos que nunca se han usado masivamente, entonces, el que se lance será el primero. También está el tema “costo-eficiencia”. Si bien no hay restricciones, saldrían un poco más caros que con métodos constructivos tradicionales. Hay que hacer ajustes y optimizaciones que permitan reducir esos costos.

Hemos visto que las inmobiliarias y las oficinas de arquitectura están cada vez más interesadas en explorar edificios en madera. Quieren conocer más de estos sistemas para aplicarlos, pero a la vez, hay que ir mitigando los riesgos que comentaba. Vemos que en el tema de montaje hay una brecha que hay que abordar. Por eso, vemos que esto seguramente será un secuenciamiento de proyectos en mediana altura que, eventualmente, llegarán a uno más grande. 

– ¿Hace falta mayor incentivo del Estado para ello? 

– No podría responder que sí o no, pero puedo decir que eso claramente daría un impulso más acelerado a la reducción de emisiones de CO2, que es urgente. Hay informes recientes que dan un sentido de ultra premura al tema del carbono incorporado a los materiales. Si esperamos que el mercado se mueva por sus incentivos propios y por la demanda de la sociedad, todo será más lento. Y lo que hemos visto en otros países es que tienen beneficios tributarios por edificios que son más sustentables. 

Cuando estábamos en Finlandia y Noruega siempre surgía la pregunta sobre qué motivó hacerlos. Y en general parte de la respuesta, la mayoría diría yo, era que estaban estos incentivos. Sí, había una intención sustentable, pero estaban estos estímulos. En Francia implementaron uno sobre el análisis del ciclo de vida, que también tomaba el carbono incorporado. Pero cuando piensas en políticas públicas que fomenten el uso de la madera, igual se ve complejo porque, de cierta manera, se está beneficiando a una industria en particular. Creo que ahora se ha avanzado en todas esas partes y se exige avanzar e incorporar en el ciclo de vida este carbono incorporado que tienen los materiales. No saltarse esa parte ya que, en el fondo, estamos perdiendo una oportunidad y el tiempo pasa.

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