Las propuestas del certamen organizado por Madera21 resaltan por su enfoque innovador en diseño sustentable, colocando la madera como protagonista principal. Estos proyectos no solo demuestran la funcionalidad y belleza inherentes al material, sino también cómo este material puede ser el núcleo inspirador de creaciones que combinan estética y funcionalidad.
El primer lugar del Concurso de Diseño fue para Luminaria Araucaria, una lámpara hecha con el propósito de crear conciencia y proteger este árbol milenario, a partir de sus formas y la experiencia de su contemplación. Su autor fue Sebastián Sepúlveda Cubillos, del Duoc UC, quien buscó simbolizar la belleza de esta especie a partir de la prevalencia del origen y el valor de la madera utilizada.
Dado que la tala de la araucaria es ilegal, este artículo se elaboró en madera de lenga, la que en Chile también es mayoritariamente oriunda de la Región de La Araucanía. De la misma forma, esta elección se dio por las propiedades constructivas y la nobleza de dicho material, la que fue optimizada mediante técnicas de trabajo que mezclan tecnología y serialización, en este caso, en cuatro partes del objeto; la rama grande, la pequeña, la hoja y el mango.
“La Luminaria Araucaria puede ocupar una posición principal en la habitación, dando cabida a diálogos sobre el peligro que corre la araucaria en el sur de Chile y sobre cómo se pueden hacer luminarias dinámicas con maderas nacionales, las cuales cuentan con cualidades que le permiten a los diseñadores crear objetos duraderos, sustentables y con formas audaces”, describe el autor sobre Luminaria Araucaria.
La memoria ganadora del certamen indica que la forma llamativa de esta obra tiene como objetivo principal generar diálogos o conversaciones en torno a la vida y el valor de los árboles nativos chilenos, y que esta solución tiene una aplicación de techo, semejante a un candelabro, a partir de posiciones cerradas y abiertas. La primera se asemeja a un piñón de araucaria, concentrando el área de iluminación al centro, mientras que la segunda lo hace a la copa, extendiendo la iluminación.
Pensada para personas entre 30 y 45 años que quieren adornar su hogar con un objeto de materiales nobles y con una fuerte identidad propia, Luminaria Araucaria trae consigo un detallado proceso de elaboración a partir de herramientas y técnicas que explotan las cualidades de la madera, aprovechando la mayor cantidad de material posible gracias a los cortes de CNC.
“La lámpara está pensada para ser fabricada y comercializada en series cortas o a pedido personalizado para evitar la sobreproducción. El corte de las ramas sería mediante una ruteadora CNC de 3 ejes para las versiones pequeñas y a mano para las versiones en las que el largo de las ramas supere el largo promedio del listón comercial”, se lee en la memoria.
En tanto, Compostera Esterilla se quedó con el segundo lugar del concurso, la cual invita a compostar residuos orgánicos en hogares con espacios reducidos. Esto se logra gracias a la madera con que está confeccionada, específicamente de pino radiata, la cual es resistente a la intemperie, goza de una buena aireación y tiene propiedades que la hacen duradera en el tiempo.
Francesca Andrea Macchiavello Wistuba, Cristian Eduardo Vandorse Loaiza, Catalina Andrea Araya Corvalan, guiados por su profesor Marcelo Venegas de la Universidad Técnica Federico Santa María, son las mentes detrás de esta propuesta, una invitación ecológica para manejar los desechos de jardín y cocina para todos los habitantes de viviendas en pequeños espacios, principalmente departamentos, lo que ayuda al usuario contribuir a un entorno más sano y sostenible.
La compostera está construida por secciones que posibilitan su adaptación al usuario, personalizando el tamaño de su producto dependiendo de sus requerimientos. La tapa, el cuerpo, el tamizador y la base de este artículo fueron elaborados por procesos de laminado y corte con router CNC. “Además, al estar construida por módulos, permite una fácil adaptación a las necesidades y preferencias de cada cliente y una fácil manipulación, limpieza y armado”, se lee en la memoria presentada.
Las composteras de madera ofrecen una solución técnica duradera y estética para el compostaje en el hogar, convirtiéndose en la opción más adecuada para quienes buscan algo práctico, respetuoso y sostenible con el medio ambiente y sus posibilidades para cumplir con la gestión de residuos. Compostera Esterilla, mediante los atributos de su diseño, busca un cambio significativo en la eficiencia de este proceso, la reducción de olores y otras molestias.
“La construcción de nuestro producto está hecha a base de listones de madera tejidos que forman una esterilla. Esta forma permite la circulación del aire y la absorción de la humedad necesaria para la descomposición de los residuos orgánicos contenidos en su interior. Además, todos los componentes son de fácil armado, lo que permite que cualquier persona pueda ensamblar de una manera adecuada su compostera”, detalla el equipo.
Por último, el tercer lugar del Concurso de Diseño recayó en una silla multifuncional dirigida para las personas que viven en espacios reducidos, ya que la misma puede transformarse en una estantería, en una mesa, en un velador, y otros, gracias a su estructura modular. Y al ser confeccionada en pino cepillado seco y roble vaporizado, cuenta con un bajo porcentaje de humedad interior, por lo que puede ser utilizada en interiores sin verse afectada por los cambios de temperatura.
En eso consiste ISU, cuyo nombre proviene de la traducción del japonés “silla”, la cual posee uniones similares a la carpintería japonesa y que simula un torii, la entrada al recinto sagrado de un templo sintoísta. Como se cuenta en la memoria, surgió de la necesidad de crear un mueble que ocupe poco espacio, que sea sustentable desde su generación y que permitiera el menor desperdicio del material, además de que pueda ensamblarse en otros objetos.
“Debido a esto escogimos los listones de madera para aprovechar el material al máximo y reducir el costo de producción siendo solo necesario hacer cortes y unir las piezas para formar Isu. Cómo está hecho únicamente en madera se utilizó encajes japoneses, los cuales son conocidos por sus fabricaciones resistentes con madera”, se explica en la memoria.
Y es que el impacto en el medio ambiente fue un parámetro para el desarrollo de esta iniciativa de Ramiro José Vergara Fernández y Ariana de los Ángeles Horna Pérez, cuya profesora guía es Cristina Rivera de Duoc UC. “Por eso decidimos hacerlo completamente de madera para que sea biodegradable y no requiera el uso de más maquinaria por otros materiales, que el proceso de producción sea corto pero posible con cualquier tecnología, desde el uso de una CNC de 5 ejes a una fabricación artesanal”, detallan.
Pero además de los tres primeros lugares el jurado este año decidió entregar 2 menciones honrosas, las cuales fueron para las propuestas Nítida y Seteli. La primera proviene de la Universidad de Mar del Plata, (Argentina), con el equipo de Julian Doglioli, Sofía Carbajal, Lucas Mazzone, y la segunda de la Universidad Mayor, cuya autora fue Elizabet Provoste.
La primera es una lámpara hogareña que se adapta a los espacios al interior de un hogar, cuya propuesta representa la cordillera de Los Andes. Fabricada a partir de madera de pallets, se sostiene de tres grandes pilares; sustentabilidad, revalorización de la madera y la traspolación de nuevos procesos tecnológicos a un producto gracias a su enmarcación.
En este proyecto es la revalorización de la madera como un material de alta calidad que puede ser reutilizado e integrado a un producto en el mercado a través de la traspolación de procesos tecnológicos, para ello se aplican nuevos tratamientos a la madera para generar el paso de la luz, dejando como resultado una madera traslúcida.
La segunda, por su parte, también es una luminaria, pero a diferencia de las anteriores, es para exteriores. Elaborada con madera de ciprés, destaca por su color blanco amarillento con una veta café, acompañada de madera de eucalipto. Es resistente a la humedad, a los hongos y los insectos, y sus piezas fueron trabajadas con procesos de torneado de madera y por corte láser.
Su innovación va en ser una luminaria que cuenta con sistema de sensor y panel solar, lo que brinda seguridad en medio de la oscuridad en lugares que no tienen fácil control en el exterior, su panel solar le permite cargarse durante el día mientras les dé luz (no solamente días soleados, días nublados también cuentan).
El diseñador Sebastián Amaral, director del jurado del Concurso de Diseño, valoró a cada uno de los finalistas y las menciones honrosas, por las definiciones conceptuales entregadas y cómo todos pusieron a la madera como protagonista, ya sea en términos de investigación o de su vinculación con el bosque. “El concurso ha tenido mucho crecimiento en términos de cómo responden las universidades, cómo lo hacen los alumnos, y cómo la cantidad de participantes va creciendo. No solo en Chile, sino que también de los otros países”, comentó.
Otro aspecto que destacó Amaral, en representación del jurado, fue el potencial de implementación de los proyectos, pues pese a ser un certamen dirigido a estudiantes, cuyo estándar suele estar a nivel de prototipado -tal vez por el poco acceso a la tecnología, viéndose en etapas de desarrollo- eso no quita que los trabajos puedan ser de primera categoría, con procesos de investigación, levantamiento de insides, ejercicios de innovación, etc.
“Todos los proyectos, en general, se destacan por una aproximación muy conceptual a lo que significa el diseño, en donde la madera se constituye en lo diferenciador respecto del valor de ese objeto diseñado. También hay algo muy orientado a la sostenibilidad, al material y a poner elementos simbólicos de la madera en los proyectos. Cómo se constituye en este material siendo noble por un lado, pero que también está vivo, y que se constituye en una materia prima para objetos de alto valor de uso domiciliario y cotidiano”, finalizó.
