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Reutilización de estanques: Recuperación urbana replicable

Código de equipo: ARQ2745

Universidad: Pontificia Universidad Católica de Chile

Sede: Lo Contador

País: Chile

Ciudad:Santiago

Equipo: Matías Zambrano, Miguel Palma

Profesores guía:Martín Hurtado

Reutilización de estanques: Recuperación urbana replicable

El proyecto, consiste en la reubicación del trabajo en la ciudad, a través de una propuesta replicable, que reutiliza uno de los múltiples terrenos con estanques de agua semi-enterrados que hay en la región. Esto, mediante la instalación de unos edificios de madera sobre los estanques, creando un espacio de trabajo y recreación, mientras se resguarda su funcionamiento, aprovechando la versatilidad y ligereza del material.

Un desafío, que nace en la búsqueda de una propuesta amplia y transversal, ante el dilema de la estandarización del trabajo en oficinas, versus el contraste del teletrabajo. Por lo cual, se establece un concepto clave que es reubicar, identificando el sitio como un tema a resolver, y no el tipo de trabajo, pues este, no debería variar mucho en el corto y mediano plazo. Así, se identifican más de 200 estanques de agua semi-enterrados en Santiago, que cuentan con una localización estratégica y privilegiada, al ubicarse en medio o cerca de zonas residenciales, de comercio y de servicios –principalmente en el sector oriente–, siendo lugares muy bien conectados con la ciudad y sus actividades.

Por lo tanto, surge el segundo concepto que es reutilizar, mediante la identificación de estos artefactos, y el alto potencial que entrega la madera para reubicar el trabajo sobre los estanques, manteniendo su funcionamiento y añadiendo otro programa. Por lo que se incentiva la tendencia más reciente del coworking, como un acto de rescate a estos pobres hitos urbanos de la ciudad, en pos del trabajo colaborativo e individual, así como la recreación de las personas, con las instalaciones mixtas que se puedan requerir, y la integración del proyecto a la comunidad.

Por consiguiente, se reutiliza el espacio, construyendo dos edificios de madera, que se posan sobre los estanques, respetando la escala del barrio. Además, se reordena el terreno en cuestión, abriéndolo a la ciudad, por medio de áreas sombreadas por vegetación y estructuras, así como una cancha y una pequeña zona de comercio gastronómico, para los trabajadores y toda persona que transite por el lugar.

En cuanto al edificio, primero se rescata la robustez extructural de los estanques, compuestos de vigas y pilares de hormigón, que sirven de fundación para la nueva estructura en madera. La cual, se basa en un esqueleto perimetral de pilares, vigas y diagonales, que permiten posarse sobre ellos, y alzar los dos cilindros que albergan el programa. Esto, siguiendo una modulación determinada por la distancia entre las vigas del estanque, así como los múltiplos de la medida 0.61 m., en pos de la estandarización y buena administración del material.

Respecto al cerramiento, la primera capa se compone de un antepecho y una superficie principalmente vidriada, para permitir una visión panorámica y un acceso amplio de luz natural al recinto.

En adición, el edificio cuenta con una segunda capa a modo de fachada, que consiste en una celosía vertical de listones de madera –de aspecto flotante–, que se distancian 1.2 m. del cilindro, y se sostiene de la continuación de las vigas que estructuran cada losa de los respectivos niveles. Esto, con la finalidad de controlar la incidencia solar, la privacidad y la estética.

Una fachada no portante, que permite un diseño personalizado según las necesidades de cada terreno en particular. Lo que busca transformar el edificio en un hito del lugar donde se desarrolla, con la finalidad de crear un espacio de uso mixto para vecinos y transeúntes.

Respecto a la distribución, se plantea una torre A, que destina sus espacios para el trabajo grupal, con dos niveles orientadas a esta modalidad, equipados con área de trabajo común, zonas tipo living y de juego, oficinas para reuniones, además de cocina, baños, zona de almacenamiento y otros.

Mientras que la torre B, también destina dos niveles a un tipo de trabajo, en este caso individual, pero que igual destaca por ser un espacio integro, separado por vidrio y compuesto de oficinas, salas de reunión, espacios de trabajo individual, además de los espacios comunes y de servicios descritos previamente.

Finalmente, en el tercer nivel de ambas torres, se rompe con el programa establecido. Por un lado, la torre A, da lugar a una terraza, que permite contemplar la panorámica de la ciudad, en un espacio de encuentro y recreación.

Al frente, la torre B, continúa cerrada, pero se modifica levemente la estructura de este nivel, con el objetivo de generar un espacio central despejado, para facilitar la realización de actividades recreativas o de juego, entre otras.

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