En plena temporada estival, el sur de Chile invita a descubrir su fisonomía única: paisajes silvestres, salvajes, poblados de vegetación y bosques, así como también desnudos e inmensos. La invitación de Madera21 es a maravillarse, también, con la experiencia de la estadía. La construcción y el diseño de interiores en madera, que abrazan hoteles y cabañas, acogiendo a los viajeros en una experiencia, que se funde con el paisaje.
Con vista al Macizo del Paine: Hotel Tierra Patagonia
Con vista al azul intenso del Lago Sarmiento y con una vista privilegiada al Macizo del Parque Nacional Torres del Paine y en diálogo con la inmensidad del paisaje magallánico, reposa el Hotel Tierra Patagonia, con una arquitectura en madera que pareciera estar trazada por el viento austral.
Obra de la arquitecta Cazu Zegers, emula la imagen de un antiguo fósil de algún animal prehistórico, varado en la orilla del lago. La solución espacial busca el abrigo y la pequeña escala, esta se estructura a partir de los recorridos interiores, que son la forma de habitar esta extensión. En el ala de los dormitorios el recorrido se resuelve con puentes suspendidos sobre el vacío.
4.900 metros cuadrados anclados al suelo con taludes de piedra y revestidos enteramente con entablado de madera de lenga lavada, para lograr el color plateado característico de las maderas roídas por el agua, que dejan los inviernos al sur del mundo. Cuenta con vigas de madera de pino laminado, además de revestimientos y mobiliario de lenga en bruto y cepillada, hacen de este hotel una experiencia más cerca del hogar, que de un hotel internacional.
AKA Patagonia en la desnudez de Puerto Natales
Siete cabañas de madera, dispuestas en línea y perfectamente desordenadas, en busca de captar la mayor cantidad de luz durante el día conforman AKA Patagonia, hotel asentado en una suave pendiente que privilegia la vista a la inmensidad de los últimos rincones del extremo austral de Chile. Obra del arquitecto Pablo Larruet, sigue la sinuosidad del paisaje de Puerto Natales, para contrastar con él. Se trata de seis módulos-habitaciones y un séptimo espacio, que permite el descanso común de los pasajeros y está provisto de cocina.
Cada uno de los módulos emplea lenga reciclada, madera noble y endémica de la Patagonia chilena, tanto en su revestimiento como en el interior, conectando con el entorno y creando ambientes cálidos y naturales. La arquitectura busca con el tiempo adaptarse a su entorno, en la medida que la madera envejezca y entregue el regalo de los colores de las tonalidades de su edad. Con su diseño y construcción en madera, Aka Patagonia es un homenaje al paisaje.
NOI Indigo Patagonia, una aventura en sí mismo
Seis niveles, 41 habitaciones y un Spa en el último piso. El hotel NOI Indigo Patagonia se ubica frente al mar en Puerto Natales. Diseñado por el arquitecto Sebastián Irarrázabal, cuenta con una fachada de aspecto industrial pesquero, de planchas de fierro pintadas y de madera impregnada en sus costados, manteniendo así la estética de la arquitectura propia del seno de Nueva Esperanza.
Las zonas comunes del hospedaje mezclan acero, hormigón y principalmente madera, que se empina abarcando la altura total del edificio y creando una gran celosía de varas de eucaliptus dispuestas en forma vertical. Las dependencias cuentan con distintos elementos de madera que generan la calidez necesaria para una estancia acogedora. Por su parte, cada una de las 41 habitaciones incorpora revestimientos de madera en camas, cubiertas, lavatorios y ventanas.
El edificio fue concebido de tal manera de permitir al pasajero ir develando los espacios, sorprendiéndose con los mismos y emular así, la experiencia de la aventura propia del viaje.
Fluir con el entorno en Uman Lodge
Emplazado en una zona montañosa, Uman Lodge recoge las mejores vistas de la Cordillera de los Andes y los ríos Espolón y Futaleufú. Una creación de Camps Fortcinito Aquitectos, situada en el fundo “La Confluencia” -antiguamente de propiedad del ecologista Douglas Tompkins- busca fluir con el entorno, conservando e incorporando las añejas especies arbóreas existentes.
Con una superficie construida de 2.668 metros cuadrados, cuenta con 16 unidades funcionales dispuestas en forma de abanico, cuya segmentación propicia la integración con el paisaje adyacente. La arquitectura se potencia e inserta en el paisaje natural, a través de pausas entre las construcciones, en las que descansa suelo vegetal. El uso de tejuela de madera, alude al sistema constructivo de la zona y los parasoles en este noble material envuelven la edificación, relacionándose en forma natural con el sitio.
Las cajas de las habitaciones y el cuerpo principal del Lodge, donde se asientan los servicios comunes, están dispuestas de tal manera de abarcar una mirada extensa del valle circundante, conectando cada uno de los módulos por la parte posterior. El interior, sencillo y envuelto en texturas de madera, lo hace acogedor y en conexión con la proximidad de la firmeza de la naturaleza.
La experiencia de la Isla Grande de Chiloé en Palafito del Mar
En simbiosis con el estero de Castro, Chiloé, se encuentra el hotel boutique Palafito del Mar, proyecto realizado por Ortúzar Gebauer Arquitectos, erguido sobre en pilotes de madera de luma de cerca de cinco metros, enterrados un metro y que sobrepasan 20 cm el nivel de la marea más alta, cuenta con diagonales de pino y maderas recicladas del antiguo palafito.
El hotel recrea la estructura de palafito a partir de una construcción anterior y da protagonismo a las características alzas y bajas de marea en la isla. Cada uno de los dormitorios de este proyecto cuenta con vista al estero, con la intención de permitir la inmersión con el paisaje y los colores del entorno. El transitar por el Palafito del Mar es a través de un gran corredor de dos niveles, que conecta la calle con el mar, donde se organizan las habitaciones linealmente para terminar en los espacios comunes de estar y cocina.
La fachada principal juega con la tradicional tejuela en combinación con coloridas planchas acanaladas. Tabiquería, envigado de piso y cielo se realizaron en pino impregnado, a la usanza de las técnicas constructivas artesanales conocidas por los carpinteros locales.
